Madre de corazón atómico, Fernández Mallo, p.112
Por otra parte, nunca me interesó
la religión como verdad, tan sólo como relato y proyección antropológica. Técnicamente,
la mente paranoica es aquella que tras todo signo de duda encuentra una mano
oculta, una conspiración universal que, de manera supuesta, le sobrepasa. Desde
este punto de vista, la religión, ya sea occidental, oriental, sincrética o de
tipo new age, es la teoría de la conspiración más grande jamás contada, y el
creyente, un perfecto paranoico inducido. Todo ello, y habida cuenta de que el
humano es un ser religioso en sí mismo -no se conoce cultura que no rinda culto
a alguna clase de experiencia transcendente-, da como resultante ese carácter
de incompletitud emocional del cual la humanidad al completo participamos. La
actual fascinación y simultáneo temor ante la Inteligencia Artificial no
responde sino a ese mismo mecanismo religioso: crear un ente superior en el
cual verter todo lo que por nosotros mismos no podemos resolver. Dar algo para
recibir algo, una economía netamente religiosa.
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