Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

HOMBRES


El huerto de Emerson, Luis Landero, p. 131 

En aquellos tiempos, mientras las mujeres iban y venían, los hombres se ocupaban de los temas propios de su rango, que eran siempre graves, arduos y trascendentes, y que por eso precisaban de largas reflexiones, de hondas y lentas chupadas al cigarro, de resoplos y de suspiros, y de mucho cabecear y removerse en la silla y derramar la mirada en el suelo. Bajo el peso de tan grandes cuestiones, parecían titanes encadenados que se debatían contra los designios de alguna poderosa deidad, en tanto que las mujeres andaban como flotando y resolviendo problemas con su varita mágica, sin necesidad de aquellas interminables y amargas sentadas pensativas.

Los hombres se ocupaban del porvenir, que era siempre incierto, en tanto que las mujeres vivían correteando por el presente, siempre ligeras y siempre laboriosas. Es más, si las mujeres sacaban tiempo para todo, a los hombres les ocurría que la vida entera les resultaba demasiado breve para llevar a cabo sus proyectos, de tan ambiciosos como eran, y que por tanto no merecía la pena intentar siquiera realizarlos, sino que era mejor pasar directamente a los lamentos y entregarse sin más a la melancolía de lo que pudo haber sido y que, por cosas del destino, por pura mala suerte, se quedó en ilusión, en humo, en sueño, en nada.


No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia