Madre de corazón atómico, Fernández Mallo, p. 129
No profundizaré ahora en ellos,
pero se trata de siete conjeturas o hipótesis matemáticas y físicas cuya
demostración la comunidad científica considera capitales a fin de entender los
cimientos teóricos del mundo tal como lo conocemos. Es tal su importancia que
en el año 2000 el prestigioso Clay Mathematics Institute ofreció un premio de
un millón de dólares a quien resolviera alguno de esos siete problemas. El
artículo relataba cómo el año anterior el matemático ruso Grigori Perelman se
había hecho mundialmente famoso cuando, tras resolver uno de los problemas
-concretamente, la llamada «Conjetura de Poincaré»-, había rechazado el millón
de dólares por considerar que tal clase de premios resultan mercantilistas y
corrompen la pureza presupuesta en la matemática. Perelman, que vivía y aún
vive con sus padres en una modesta vivienda de algún lugar de la antigua Unión
Soviética, había empleado más de diez años en la resolución de la citada
Conjetura de Poincaré solamente por ampliar lo que en la única entrevista que
concedió denominó como la «intrínseca belleza de la matemática». La resolución
del tal problema le hizo célebre entre la comunidad matemática, pero fue su
rechazo al premio de un millón de dólares lo que le dio fama entre los no
expertos, elevándolo a héroe popular. Así, tras la demostración de Perelman, de
los Siete Problemas del Milenio sólo quedaban -y todavía quedan- seis, cuyos nombres,
y como dato meramente informativo, consigno:
Conjetura de Hodge
La hipótesis de Riemann
P versus NP ·
Ecuaciones de Navier-Stokes en
turbulencia
Conjetura de Birch y
Swinnerton-Dyer
Existencia de Yang-Milis y el
salto de masa
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