Más prusificados que nunca
Berlín, agosto.-Toda la vida de
Alemania se sitúa hoy bajo este hecho: el Gobierno de Cuno, para mantener la
resistencia en la cuenca del Ruhr, ha dado préstamos enormes a los industriales.
Con este dinero, los industriales han pagado el jornal a los obreros, y así han asegurado la
resistencia pasiva. Estos préstamos se han hecho a largo plazo, a sesenta, a
noventa días. No obstante, en el transcurso del plazo para devolver los préstamos,
los industriales han hecho que bajara el marco. Ello quiere decir que cuando
llega el momento de liquidar los préstamos, el Estado recibe una cantidad nula.
Y esto es así no porque los empresarios no devuelvan rigurosamente la cantidad
que les ha dejado el Estado, sino porque esa cantidad, en el transcurso del
plazo concedido, ha perdido su valor de adquisición. La cantidad prestada
tenía, hace noventa días, en el momento de firmar el préstamo, un valor de
adquisición, digamos, por ejemplo, de mil, mientras que, en el momento de la
liquidación, a duras penas tiene un valor de diez.
Este es el gran hallazgo de la
industria alemana. Toda la vida de Alemania en la actualidad está influida por
este hecho. Yo pago doscientos marcos al día por mi habitación. El trato lo
hice el lunes pasado, es decir, cuando doscientos mil marcos valían dos
pesetas. Al final de la semana, liquidaré mi cuenta. Pero al final de la semana
se habrá producido un hecho extraordinario. El marco habrá bajado. El sábado,
antes de hacer cuentas con el propietario de mi hotel, para tener doscientos
mil marcos, habrá suficiente con una peseta. De forma que yo habré dormido una
semana entera a mitad de precio.
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