UNA TRAGEDIA DEL ERROR (A Tragedy
of Error)
Un coche inglés se hallaba a las
puertas de la oficina de correos de una ciudad portuaria de Francia. Dentro
estaba sentada una dama con velo y con una sombrilla casi contra el rostro. Mi relato
empieza cuando un caballero salió de la oficina y le entregó una carta.
El hombre se detuvo un momento
junto al carruaje antes de subirse. Ella le dio la sombrilla para que la
sostuviese y alzó el velo descubriendo un rostro muy hermoso. La pareja daba la
impresión de despertar el interés de los transeúntes, ya que muchos la observaban
con atención y cruzaban entre sí miradas significativas. Los que miraban en
aquel momento pudieron ver cómo palidecía el rostro de la mujer al tiempo que
ponía sus ojos en la carta. Su compañero también percibió esto y de inmediato
se ubicó aliado de ella, tomó las riendas y condujo muy de prisa por la calle
principal de la ciudad hasta llegar, más allá del puerto, a un camino que
bordeaba el mar. Una vez allí, redujo el ritmo. La dama se había tumbado con el
velo otra vez en la cara y la carta sobre el regazo. Su actitud era casi de
inconsciencia y el hombre se percató de que ella había cerrado los ojos.
Entonces, tras comprobarlo, se apoderó rápidamente de la carta y pudo leer:
Southampton, 16 de julio de 18-
Querida Hortense:
Verás por el sello postal que
estoy mil leguas más cerca de casa que cuando te escribí por última vez, pero
dispongo de muy poco tiempo para explicarte este cambio. El señor P. me ha
concedido un muy imprevisto congé. Tras tantos meses de separación, al fin
podemos pasar unas semanas juntos.
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