Bailando en la oscuridad, KO Knausgrad, p. 70
Cada uno de los discos era un
pequeño mundo. Todos expresaban determinadas posturas, ideas y ambientes. Pero
ninguno era una isla, habla relaciones entre ellos que se ramificaban hacia
fuera –Brian Eno, por ejemplo, empezó en Roxy Music, editaba discos solistas, producía
a U2, colaboraba con Jon Hassell, David Byme, David Bowte ~Roben Fripp, y Roben
Fripp tocaba en Scary Monster, de Bowie, Bowie producía a Lou Reed, que venía
de Velvet Undetground, e Iggy Pop, que venia de The Stooges, mientras David
Bowie colaboraba con Talking Heads, que, en su mejor disco, Rnnain in Light.
utilizaba al guitarrista Adrian Belew, que a. SU vez tocaba en varios de los
discos de Bowie y durante mucho tiempo fue su guitarrista en vivo preferido.
Pero no sólo había ramificaciones y relaciones entre los discos, se extendían
también hacia dentro de mi propia vida. La música estaba íntimamente relacionada
con casi todo lo que yo habla hecho, ningún disco quedaba libre de recuerdos. Todo lo que había
sucedido durante los últimos cinco años subía humeando como el vapor de una taza
cuando lo escuchaba, no en forma de pensamientos o razonamientos, sino como
ambientes, aperturas, espacios. Algunos generales, otros específicos. Si mis
recuerdos estaban amontonados detrás del remolque de mi vida, la música eran
las cuerdas que todo lo ataban manteniéndolo en su sitio.
En la foto la última aparición pública de Bowie
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