De La Estrella de Ratner de Don DeLillo, p.201
[…] mientras
está practicando el coito sexual-dijo el jesuita-. Es una actividad que ejerce
presión sobre el corazón y provoca paradas cardíacas. El sexo no debería ser
nunca furtivo. Eso causa todavía más presión. Si hay que practicarlo, se tiene
que practicar con un cónyuge, en la cama y en medio de una atmósfera de amor y
confianza mutuos. Hay que evitar la técnica. La técnica causa muchos problemas.
La técnica puede matar. Si durante el coito se producen palpitaciones del
corazón, hay que interrumpirlo de inmediato y pensar en los gusanos parásitos
que infestan el canal anal. Es lo que denominamos contención análoga por medio
de ideas. Si, al interrumpirte, no consigues ni por medio de la pura fuerza de
voluntad ni de la imaginación cancelar el impulso de emitir, entonces has de
efectuar tu emisión dentro de un vaso limpio o frasco de especímenes
desinfectado y dejado junto a la cama a este fin. No te deshagas de tu emisión.
Llévasela de inmediato a tu esposa y ayúdala en la ingesta uterina inmediata y
directa de tu emisión, valiéndote de cualquier medio no mecánico que sea
necesario para garantizar que la fertilización no quede impedida. Se trata de
distinciones sutiles pero emocionantes. Si el derrame de tu emisión es voluntario,
como fin o como medio, habrás cometido el mayor de los pecados.
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