De La Estrella de Ratner de Don Delillo, p. 114
-Los hombres se encogen en el
espacio -dijo-. Tenemos siluetas de rayos X y fotografías estereoscópicas que
lo demuestran. A los astronautas se les encoge literalmente el corazón. También
los miembros y el torso. Porque en el espacio nada tira del hombre. No hay
ansia. No hay esa succión y deglución universal. Sus músculos pierden tono. Se
les acumula la sangre en los sitios equivocados. Se les trastornan las
sustancias químicas del cuerpo. En suma, allí no existe esa poesía del desplome de la materia.
El ansia lo es todo. Todo ansía. Sin ansia, los huesos pierden calcio. Sin
ansia, el potasio se esfuma. Antes se pensaba que la materia se desplomaba. En
el principio, la materia se desplomó. Se desplomó de manera uniforme.
Desplomarse formaba parte de la naturaleza de la materia. El movimiento uniforme
de la materia al desplomarse quería decir que no había interacción entre
partículas. Que ninguna fuerza intervenía para interrumpir el desplome uniforme
y absolutamente hermoso de todas las cosas del universo. Pero a continuación se
produjo un viraje, según se creía. Algo, o quizá todo, recibió un suave empujón
que le infundió el más imperceptible de los virajes. Dos partículas se tocaron
con suavidad y se adhirieron durante el más imperceptible de los instantes.
Aquella interacción al azar fue el origen del universo tal como hoy lo conocemos
y lo tememos. No obstante, en este antiguo poema de la materia en desplome no
hay nada que descarte la idea de que la materia se sigue desplomando. Ahora se
cree que la materia está organizada, es interactiva y está guiada por fuerzas bien
definidas, y, sin embargo, en todo el canon científico no hay ninguna evidencia
que disipe la impresión poética de que la materia ahora organizada se está
desplomando constantemente, que es lo mismo que dije en la frase anterior, si
me estabas escuchando. Desplomarse forma parte de la naturaleza de los objetos.
El universo entero se está desplomando . Ese es el sentido de los sueños en los
que nos zambullimos eternamente.
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