Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

¡SOLO ES UNA MUJER¡

De La ley y la dama de Wilkie Collins, p. 120-121
Apoyada en la ventana, evoqué otra noche luminosa en la que Eustace y yo paseábamos por el jardín de la vicaría antes de casamos; fue aquella noche, de la que ya he hablado, en la que surgieron serios obstáculos a nuestra boda y Eustace me ofreció liberarme del compromiso. De nuevo vi su rostro querido, mirándome a la luz de la luna. Una vez más oí sus palabras y las mías. “Perdóname, me había dicho él, por haberte amado apasionadamente, devotamente. ¡Perdóname y deja que me vaya”. Y yo le había contestado: “¡Eustace, sólo soy una mujer! ¡No me vuelvas loca! No puedo vivir sin ti, y voy a ser tu esposa¡. ¡Tengo que serlo¡ Y ahora,  después de que el matrimonio nos hubiera unido para siempre, ¡estábamos separados! Separados aunque nos amábamos más apasionadamente que nunca. ¿Y todo por qué? Porque él había sido acusado de un crimen que no había cometido y porque aquel condenado tribunal escocés había fracasado en el cometido de probar su inocencia.
Miré la luz de la luna, rodeada de recuerdos. Me quemaba un nuevo ardor. “¡No!, me dije. Ningún pariente, ningún amigo hará que le falle a mi marido. A partir de ahora, la única razón de mi vida será la proclamación de su inocencia. ¡Y comenzaré esta misma noche!
Bajé las persianas y encendí las velas. En aquella noche tranquila, estando sola y sin ayuda, di el primer paso en el arduo y penoso camino que tenía ante mí. Desde el titulo hasta la última página, sin un momento de descanso y sin saltar una sola línea, leí el informe oficial del proceso contra mi marido por el asesinato de su primera esposa.

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia