No hubo nunca mejor imitadora de Sophie Calle que Rita Malú. A Rita le gustaba que la consideraran una artista, aunque no estaba nada segura de serlo. Había hecho variados experimentos con la verdad, lo que alguien había bautizado como «novelas de pared» y que no eran más que modestos homenajes a su admirada Sophie Calle, la «artista narrativa » por excelencia, la artista con la que se llevaba tan sólo una diferencia de un año. Había entre las dos mujeres un notable parecido físico. Sus rostros podrían llegar a parecer casi idénticos si no fuera porque Rita no siempre sabía maquillarse bien. En lo que menos se parecían las dos era en la estatura, pues Rita Malú medía unos centímetros más.
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