Ensayo general, Milena Busquets, p. 73
Ser feliz no es tan difícil, no hacen falta tantas cosas, no son necesarias tantas personas, ni tanto éxito, ni tantos viajes, ni tantos libros. Yo creo que, en las épocas buenas, soy feliz al menos una vez al día, incluso más. No hace falta desear que el tiempo se detenga o ver el Partenón o que sea verano y estar bañándote en el Mediterráneo. No hace falta estar delgadísimo ni tener una casa enorme. No es necesario comprar una chaqueta de tweed, un vestido por duplicado o el vigésimo par de vaqueros casi idénticos a los que uno ya tiene. Tampoco hace falta escribir dos páginas buenas al día porque sabes que eso es imposible y que si pudieses pedir algo imposible pedirías cenar con tu madre una vez más. No hace falta tener grandes amigos, es suficiente con tener cerca a algunas personas a las que respetes y admires o con las que hayas compartido una parte de tu juventud, a alguien que te haya tendido la mano en un momento crítico o que se la haya tendido a otro ser humano.
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