Prólogo
Humanas y divinas
Qué injusto es generalizar, pero
qué complicadas son las actrices. Así, directamente, en femenino del plural. No
es menos cierto que también son vulnerables, desde ese lugar que te otorga la
sobreexposición y el vivir en un continuo exorcismo de entrar y salir de
distintos personajes. Hay incluso algunas que llegan a creérselos, devoradas
por su ficción, en una batalla en la que la realidad y el engaño acaban dándose
la mano.
Camila es consciente de todo ello
y sabe que el alma de una actriz vale por dos, a veces incluso por tres. Y el
alma de una travestí también. Conviven en un baile de incoherencias,
debilidades y virtudes, que por un momento las hace más humanas que al resto de
los mortales. Ella lo sabe. O lo ha vivido. No renuncia a plasmar la fragilidad
de esa actriz a la que libremente pones cara, pero tampoco rehúye demostrar sus
miserias, esas mismas que la bajan de un escenario para convertirla en hermana,
amiga o madre.
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