PREFACIO
Después de todo, que no se diga
de mí que no sé rectificar.
Tenía opiniones muy firmes sobre
Florencia y los florentinos: gente razonable, instruida, bien educada, incluso
amable, pero carente de pasiones, inepta para lo trágico y la locura. ¡Nada que
ver con Bolonia, Roma o Nápoles! ¿Por qué, si no (pensaba yo), Miguel Angel
había huido de su patria para nunca más volver? Roma, a la que sin embargo
vilipendió toda su vida, era el entorno que necesitaba. ¿ Y los otros? ¡Dante,
Petrarca, Da Vinci, Galileo! Fugitivos y exiliados. Florencia producía genios y
luego los expulsaba, o no sabía cómo retenerlos, y esta era la razón de que
hubiera dejado de brillar desde la Edad Media. Yo querría haber vivido en la
época de los güelfos y los gibelinos, pero no mucho después, porque pienso que
pasado, pongamos, 1492 y después de la muerte del Magnífico, todo se había
acabado por allí.
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