Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INICPIT 1.463. PERSPECTIVAS / LAURENT BINET


PREFACIO

Después de todo, que no se diga de mí que no sé rectificar.

Tenía opiniones muy firmes sobre Florencia y los florentinos: gente razonable, instruida, bien educada, incluso amable, pero carente de pasiones, inepta para lo trágico y la locura. ¡Nada que ver con Bolonia, Roma o Nápoles! ¿Por qué, si no (pensaba yo), Miguel Angel había huido de su patria para nunca más volver? Roma, a la que sin embargo vilipendió toda su vida, era el entorno que necesitaba. ¿ Y los otros? ¡Dante, Petrarca, Da Vinci, Galileo! Fugitivos y exiliados. Florencia producía genios y luego los expulsaba, o no sabía cómo retenerlos, y esta era la razón de que hubiera dejado de brillar desde la Edad Media. Yo querría haber vivido en la época de los güelfos y los gibelinos, pero no mucho después, porque pienso que pasado, pongamos, 1492 y después de la muerte del Magnífico, todo se había acabado por allí.


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