Fortuna, Hernán Sánchez, p. 309
Lo que tienen en común todas las
tendencias, ramas y facciones disidentes del anarquismo -y hay bastantes- es su
oposición a todas las formas de jerarquía y de desigualdad. No debería ser sorprendente,
por tanto, que no abunden los archivos históricos del movimiento, dado que el
orden institucional necesario para mantener dichos archivos se contradecía de
forma evidente con los principios del movimiento. Por eso mis intentos de
determinar el rol de mi padre, tanto en Italia como en América, solo han
llevado a callejones sin salida. Esa falta de registros, sin embargo, no solo
es resultado de las características del movimiento. A los anarquistas se los
perseguía de forma sistemática en los Estados Unidos, donde servían de chivos
expiatorios de las ansiedades políticas y, en el caso de los italianos, también
raciales. Durante mi investigación del pasado de mi padre descubrí que entre
1870 y 1940 se publicaron en los Estados Unidos unos ciento cincuenta
periódicos anarquistas. El hecho de que prácticamente no quede ni rastro de ese
número tan enorme de publicaciones, y del número todavía mayor de gente que
había tras ellas, demuestra hasta qué punto se ha borrado por completo a los
anarquistas de la historia de América.
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