19 de marzo de 1945 (¿Lunes?
¿Domingo?)
Aguni-jima, mar de la China
Oriental
Mi divinísima Umi:
No puedes imaginar cuánto te
añoro. Cuando pienso en mi vida real (¿o debería decir mi vida pasada, puesto
que la situación actuales ahora mi vida real?), gran parte de ella se desvanece
-Sounzan, la montaña, incluso mis queridos padres- y lo único que queda del
tiempo que pasé en la Tierra son los días que compartí contigo. Pero ¡nada
sabes de dos de esos días! ¿Eres consciente de que estuve contigo el sábado
antes de irme? No, ¿cómo ibas a saberlo? Kakuzo y tú, con el pequeño Teiji en
su canasto, fuisteis esa mañana a la ensenada de las tortugas, y Kakuzo llevaba
un melón de regalo, supongo que en ofrenda por el nacimiento de Teiji. Lo
compartisteis, después llevasteis a Teiji al agua y le mojasteis los
piececitos. Creo que cuando Kakuzo estaba en las piedras de la orilla, percibí
en él cierta vacilación al tocar al bebé.
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