NOTA AL LECTOR
La ciudad de Lviv ocupa un lugar
importante en esta historia. En el siglo XIX se la conoció en general como
Lemberg, y se hallaba localizada en las inmediaciones de la frontera oriental
del imperio austrohúngaro. Poco después de la Primera Guerra Mundial pasó a
formar parte de la recién independizada Polonia, con el nombre de Lwów, hasta
el estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue ocupada por los
soviéticos, que la conocían como Lvov. En julio de 1941 los alemanes
conquistaron repentinamente la ciudad y la convirtieron en la capital del
Distrikt Galizien del Gobierno General, pasando a denominarla de nuevo Lemberg.
Cuando el Ejército Rojo venció a los nazis en el verano de 1944, la población
pasó a formar parte de Ucrania y a llamarse Lviv, el nombre que en general se
utiliza actualmente.
Lemberg, Lviv, Lvov y Lwów son un
mismo lugar. El nombre ha cambiado, al igual que la composición y la
nacionalidad de sus habitantes, pero su emplazamiento y sus edificios se han
mantenido. Fue así incluso cuando la ciudad cambió de manos, lo que ocurrió
nada menos que ocho veces en el período transcurrido entre 1914 y 1945. Cómo
llamar a la ciudad en las páginas de este libro planteaba, pues, una serie de
dificultades, de modo que he utilizado el nombre por el que la conocieron quienes
la controlaron en la época sobre la que escribo.
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