Ava en la noche, Manuel Vicent, p. 240
En el extranjero hubo conatos de
incendiar algunas embajadas españolas y en el bulevar de Saint –Germain de
París se realizó una gran manifestación de protesta contra el juicio de Grimau,
que había comenzado a celebrarse en los juzgados militares del barrio de
Campamento ell8 de abril de 1963, y entre la multitud aparecía tres filas por
detrás de la pancarta la pipa de Jean-Paul Sartre. David recordaba el silbido en
la noche de aquel tren que lo iba a llevar a París. Si aquel viaje se hubiera
realizado, tal vez ahora David iría detrás de esa pancarta con el puño en alto en
compañía de una novia francesa, con la que viviría en una buhardilla y se
besaría bajo los puentes del Sena después de cruzar el puente de las Artes con
una baguette bajo el brazo. Tal vez habría publicado una novela, tal vez sería
ayudante de algún director de cine de gafas con montura negra y escribiría en Cahiers
du Cinema, o tal vez no sería nada, pero viviría en París. Mientras se
celebraba el juicio contra Julián Grimau ardía la Feria de Abril en Sevilla y
al mismo tiempo Berlanga estaba terminando de rodar en los estudios CEA la
película El verdugo, con guion de Rafael Azcona.
Julián Grimau acababa de ser
ejecutado y también en su caso, como una premonición de arte, hubo una
resistencia por parte del pelotón de fusilamiento, como una nueva versión del
verdugo pusilánime. En teoría le correspondía a la Guardia Civil apretar el
gatillo, pero su director alegó que solo tenía la responsabilidad de custodiar
al reo. Por su parte, el capitán general se negó a que fuera ejecutado por militares
de carrera. Fue el propio dictador quien dio la orden de que aJulián Grimau lo
fusilara un pelotón de soldados de reemplazo que, sin experiencia, al parecer,
según los testigos, tuvieron que disparar hasta veintisiete balas sin acertar
mortalmente con ninguna y hubo de ser el teniente el que rematara al reo con un
tiro de gracia en la nuca. Este militar acabó años más tarde en un psiquiátrico
al no lograr disolver este crimen en su conciencia.
La Iglesia fue fundada por un
inocente condenado a muerte. Era partidaria de la pena de muerte y en este caso
también había callado. En la televisión la escueta noticia del cumplimiento de
la sentencia capital de Grimau en la madrugada del 20 de abril de 1963 fue
acompañada de imágenes de Ava Gardner y de Orson Welles en la Feria de Sevilla.
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