De El buen relato de JMCoetzee, p.17-18
El meollo de la acusación que les
hace Platón a los poetas es que, cuando hay que elegir entre verdad y belleza,
ellos se muestran dispuestos a sacrificar la verdad. El meollo de la defensa de
los poetas es que la belleza constituye una verdad en sí misma.
Se encuentra alguna versión del
argumento de que belleza es verdad en la obra de casi todo escritor. «Puede que
esta historia me la esté inventando yo, pero por una serie de razones misteriosas
que tienen que ver con su coherencia interna, con su verosimilitud, con su
sentido de la justicia y de la inevitabilidad, pese a todo es verdadera en
cierto sentido, o por lo menos nos dice algo verdadero sobre nuestras vidas y
sobre el mundo en que vivimos.
Dice Platón que los poetas nos
convencen de que su versión de las cosas es verdadera, y nos convencen usando
todo su arsenal de trucos y artefactos poéticos. Así pues, los poetas son como
los oradores, cuya meta no es alcanzar la verdad sino hacerte cambiar de opinión para que comulgues
con lo que ellos quieren.
Regreso a la situación
terapéutica. ¿Qué me impide, en calidad de psicoterapeuta, ponerme la meta de
usar lo que me cuenta el paciente para montar una narración persuasiva (es decir,
verosímil) de la vida que ha tenido el paciente hasta el momento, así como
trazar un esbozo persuasivo de cómo se puede desarrollar ese hilo narrativo en
el futuro a fin de que el paciente pueda amar y trabajar de forma productiva en
el mundo?
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