De Fuera de aquí, de Enrique
Vila-Matas
Pienso con Fernando Savater que las
personas que no comprenden el encanto de las citas suelen ser las mismas que no
entienden lo justo, equitativo y necesario de la originalidad. Porque donde se
puede y se debe ser verdaderamente original es al citar. Por eso algunos de los
escritores más auténticamente originales del siglo pasado, como Walter 8enjamm
o Norman 0 , Brown, se propusieron (y el segundo llevó en Love’ss Body su
proyecto a cabo) libros que no estuvieran compuestos más que de citas, es decir,
que fuesen realmente originales ...
Y también creo con Savater que
los maniáticos anticitas están abocados a los destinos menos deseables para un
escritor, el casticismo y la ocurrencia,
es decir, las dos peores variantes del
tópico: citar es respirar literatura
para no ahogarse entre los tópicos castizos y ocurrentes que .se le vienen a
uno a la pluma cuando nos empeñamos en esa vulgaridad suprema de no deberle
nada a nadie. En el fondo, quien no cita no hace más que repetir pero sin
saberlo ni elegirlo.
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