De Jaime Salinas; el oficio de editor, una conversación con Juan Cruz, p.76
Hombre, yo he sido muy amigo de
ciertos escritores. Dos de mis mejores amigos eran escritores: Benet y Juan
García Hortelano. Que les hiciera un favor es distinto. En otras manos
probablemente les habrían ido mejor las cosas. En el caso de estos dos, como tú
comprenderás, no se discutía la publicación
de sus libros. Que yo los leyera o no era asunto mío y generalmente no lo
hacía, muchas veces ni siquiera después. Ser amigos no significa que siempre me
gustaran como escritores. Me gustaban como amigos. Lo que más me importaba era
que ellos les interesaran a los lectores. Entonces se publicaba poca literatura
de autores españoles. Se hacían aquellas presentaciones de los años setenta, en
Bocaccio, bastante camelísticas, con las que yo más o menos quise acabar, por
lo que García Hortelano y Benet llegaron a quejarse muchísimo. Decían: .Las
presentaciones de tito Jaime (me llamaban así) son aburridísimas. Te sueltan un
rollo tremendo y luego no te dan de beber». Pero, en fin, se trataba de hacer
publicidad indirecta, aunque nos topábamos siempre con el mismo problema, y es
que a los señores de Itaca y a los que había antes de ellos (hablo de una
distribuidora que seguramente no tiene nada que ver con la de ahora) resultaba
imposible convencerlos de que tenían que colocar los Benet o los Hortelano en
las librerías.
CRUZ
¿Era divertido editar?
SALINAS
En ciertos momentos lo he pasado
estupendamente. Probablemente donde más me divertí fue en Alfaguara
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