De El señor Borges, p.88-89
Las amenazas
Un día la señora Leonor y el
señor Borges llegaron a la casa muy exaltados. Ella lo había ido a buscar a la
Biblioteca Nacional-por ese entonces su hijo era director- que quedaba en la calle
México. Sucedió que al salir y cuando
apenas habían caminado pocos metros una manifestación que pasaba por el lugar empezó a
increpar al señor Borges y a hostilizarlo. Doña Leonor trató de disuadir a los
manifestantes, que cada vez se enardecían más y amenazaban con pasar de las
palabras a los hechos. El señor Borges, lejos de sentir temor ante semejante
situación, comenzó a defenderse con el bastón, moviéndolo de un lado a otro, lo
que hizo retroceder a los manifestantes. Luego la señora logró disuadirlos, explicándoles
que se trataba de un hombre viejo y ciego. El señor Borges era un hombre
valiente y su madre también.
En otra ocasión la llamaron por
teléfono en forma reiterada para amenazarlos de muerte. Doña Leonor no sentía
temor por ello y mantenía fuertes disputas con quienes llamaban. Muy suelta de
cuerpo escuché decirles a estos interlocutores: "Si me quieren matar
apúrense, soy una mujer vieja y me puedo morir en cualquier momento. En cuanto
a mi hijo es un hombre ciego que sale todos los días a la misma hora para ir a
la Biblioteca Nacional en México y Perú”
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