Algún día seré recuerdo, Marcos Giralt Torrente, p.273
¿Íbamos a valorar el sistema
público sanitario y a demandar que se invirtiera más en él? El gobierno de
Madrid, tras salir contundentemente reforzado en las urnas, externaliza servicios
y cierra durante el verano cuarenta y un centros de salud. ¿Íbamos a ser más
responsables? Hace poco, tras el contagio masivo en Mallorca de estudiantes
llegados para celebrar el final de
curso, padres inflamados protestaron en televisiones y radios contra la
cuarentena impuesta a sus hijos calificándola de maltrato. ¿Íbamos a ser más
cívicos? Todas los años mi calle se convierte en un pestilente urinario durante
las fiestas del Orgullo. Pese a la ausencia de visitantes foráneos, este año ha
ido a peor. La municipalidad -apresada en el dilema de consentir sin autorizar-
no colocó retretes móviles, y la muchedumbre -se diría que envalentonada por
las simplistas proclamas electorales legitimadoras de una visión de la libertad
que pone el acento en el capricho individual antes que en la razón colectiva-
parecía más insumisa que nunca. Pero no nos extrañemos. A esas chicas y chicos
dispuestos a bajarse los pantalones en cualquier sitio, desafiando las
protestas de vecinos y conserjes, no les estamos dando nada salvo esa pueril
rebeldía.
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