Lugar seguro, Isaac Rosa, p. 42
Y eso que tampoco llegaste a
enterarte del experimento de renta básica rural, la paguita, que duró solo dos
años hasta que el nuevo gobierno la eliminó, y que era una cuantía pequeña pero
suficiente, junto con las ayudas europeas a la repoblación, para que la primera
expedición dejase las ciudades. El Gran Regreso, así lo llamó la prensa, con
mayúsculas históricas y ese afán por identificar y bautizar un nuevo fenómeno
sociológico cada pocos meses. Y en parte era cierto, algunos estaban de verdad
regresando: desde las grandes capitales, incluso desde el extranjero
aprovechando las ayudas para retornados, volvían a sus pueblos y ciudades
pequeñas, al lugar de origen de sus padres o hasta de sus abuelos, el pueblo
donde ya no iban ni de vacaciones pero que ahora señalaban como raíz, y sobre
todo fuente de derecho para cobrar ellos también la paguita. Muchos otros no
regresaban a ningún sitio, si acaso al pueblo que conocieron en algún fin de
semana de casa rural; más bien elegían el destino mejor puntuado en las webs de
repoblación, o el pueblo donde ya se habían instalado sus amigos y familiares, o
simplemente el que ofrecía casas baratas o incluso gratis para nuevos
pobladores. La mayoría, por supuesto, no tenía más intención que vivir de la
paguita y aprovecharse de las ayudas, habitar un sitio tranquilo y asequible,
criar a sus hijos en la idealizada naturaleza, teletrabajar con buenas vistas y
no muy lejos de la capital, montar pequeños negocios teniendo la subsistencia garantizada, unirse a
alguna de las primeras cooperativas, tontear con la agricultura o dedicarse a
sus inquietudes artísticas y demás chorradas improductivas que les íbamos a
pagar entre todos. Esperaban encontrar en lo rural la confirmación de sus romantizaciones
urbanitas: una vida sencilla y auténtica, con más tiempo, relaciones sociales incontaminadas,
escala humana, manzanas que siguen sabiendo a manzana. Lo que encontraron al
principio fue, en muchos casos, el rechazo de los que nunca se habían marchado
de esos mismos pueblos, o de los que ya habían regresado años antes sin ayudas,
y que ahora se sentían más invadidos que repoblados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario