Mi cinefilia y mi feminismo y mi
empecinamiento spitzeriano en que leer es haber leído, me llevan a vindicar
también cuando voy al cine. Esta relación entre ocio y análisis es un defecto
-lo digo por dar la razón a las mayorías, no porque lo crea de verdad-. Me
interesan mucho dos películas europeas recientes: una me interesó por una
frase, la otra por la concepción global del texto fílmico. En Los casos de
Victoria (Justine Triet), la abogada protagonista asevera que considerar
víctimas a todas las mujeres es el mayor acto de misoginia que se puede
cometer. En la misma dirección ideológica, Agues Poirer' se hace eco de la
carta firmada por la escritora Anne-Élisabeth Moutet, Catherine Millet o
Catherine Deneuve en respuesta al feminismo estadounidense y sus «paranoias antimasculinas”:
«Señalan que las mujeres no son niñas a las que se deba proteger.» Y añaden algo
más: «No nos reconocemos en este feminismo que incluye el odio a los hombres y
a la sexualidad.» Frente a la «policía del pensamiento» del Me Too, en la
Arcadia feminista francesa se «considera que la seducción es un juego inocuo y
agradable, que se remonta a los tiempos del "amor cortés medieval".
Si la contundencia del «Denuncia a tu cerdo» es cuestionable -incluso
lamentable-, ¿no lo es también esa sofisticada malversación del abuso y la
desigualdad atemperadas por una tradición chic?, ¿no es un tanto sucia esa
negación de la sexualidad atribuida a mujeres que han sido violadas,
humilladas, vejadas?, ¿no estarían buscando también esas mujeres una sexualidad
libre?, ¿en las manifestaciones de Moutet, Millet, etc., no se parte de una
discutible y simplificadora prepotencia cultural en la que solo las mujeres francesas
conocerían las verdaderas esencias de la seducción, la sensualidad y la
sexualidad?, ¿no hay algo tópico y manoseado en ese estereotipo de la sabiduría
erótica y las cigüeñas que vienen de París?, ¿no es el amor cortés el origen de
un petrarquismo bubónico que se reconvierte en una ideología romántica del amor
que convierte a cada amada en un ser incomprensible, ausente, no humano,
rompible como una figurita? No, definitivamente, no me encuentro demasiado
cómoda dentro de esta polémica que, sin embargo, ha sido central a lo largo de
mi vida y de mis libros. Porque forma parte de-ese lenguaje frente al que me
rebelo pero que a la vez hace de mí lo que soy.
Te quiero más que a la salvación de mi alma
Misoginias
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
WIKIPEDIA
Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia
No hay comentarios:
Publicar un comentario