NOTA PRELIMINAR
Escribí los relatos de este libro
en distintas épocas pero siempre en el mismo lugar. En aquel tiempo vivía en un
departamento de la calle Sarmiento, en el centro de Buenos Aires, y cuando
pienso en estos cuentos me acuerdo de una ventana que daba a las azoteas y las
cúpulas y los edificios de la ciudad. Supongo que el hecho de haberlos escrito
mirando cada tanto la claridad de esa ventana les da para mí cierta unidad:
como si las historias hubieran estado ahí, del otro lado del vidrio.
«Las actas del juicio”, “Mata
Hari 55”, y «El Laucha Benítez” son de mediados de los años 60 y me traen el
recuerdo de una época en la que descubría las múltiples posibilidades de la
literatura y las extrañas tensiones entre ficción y realidad. Inspirados en
hechos reales (en un caso, el asesinato del general Urquiza, un caudillo
federal del siglo XIX; en otro caso, las actividades clandestinas de los
«comandos civiles» que participaron en la revolución que derrocó a Perón en
1955
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