1882
Virginia Woolf era una Miss Stephen. Los
Stephen emergen de la oscuridad a mediados del siglo dieciocho. Eran granjeros,
mercaderes y receptores de contrabando en Aberdeenshire. Prácticamente no se
sabe nada de James Stephen de Ardenbraught, salvo que murió hacia 1750, dejando
siete hijos varones y dos hijas. Siguiendo la tradición de su raza, la mayoría
de los hijos surcaron los mares en busca de fortuna. Uno de ellos, William
Stephen, se afincó en las Indias Occidentales y prosperó en el desagradable
comercio de comprar esclavos enfermizos y curarlos lo suficiente para que pudieran
venderse. Otro, James, llegó a ser mercader y naufragó en la costa de Dorset.
Era un hombre de estatura hercúlea, que se salvó a sí mismo y a cuatro
compañeros gracias a su propio esfuerzo y a una petaca de coñac. Era de noche y
rugía la tormenta, pero escalaron un acantilado que parecía imposible de
escalar y se encontraron en la Isla de Purbeck. Aquí Mr. Milner, el recaudador
de aduanas, le socorrió y hospedó, y James llevó el asunto con tanta habilidad
que consiguió, no sólo la mayor parte del cargamento del buque, sino también el
corazón de Miss Sibella Milner, con quien se casó secretamente.
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