Los que sueñanm el sueño dorado, Joan Didion, p. 261
Una razón de que la víctima de
aquel caso se pudiera abstraer con tanta facilidad, y de que su situación
pudiera representar tan fácilmente a la de la ciudad misma, era que en tanto
que víctima de violación la mayoría de las informaciones de prensa seguían sin
dar su nombre. Aunque la convención que existe en la prensa inglesa y americana
de no dar el nombre de las víctimas de violaciones (los periódicos franceses sí
publican el nombre de las víctimas adultas) deriva del deseo comprensible de
proteger a la víctima, la justificación de esta protección especial se basa en una
serie de presupuestos dudosos, e incluso mágicos. Al proporcionar una
protección a las víctimas de violación que no se da a las víctimas de otras
clases de ataques, dicha convención presupone que la violación constituye un
tipo de profanación que no se da en otras clases de asaltos. Y presupone
también que esta profanación es de una naturaleza tal que hay que mantenerla en
secreto, que la víctima de violación siente, y sentiría todavía más si se la
identificara, una vergüenza y un desprecio por ella misma que son
característicos de esta clase de asalto; en otras palabras, que de alguna forma
poco clara la propia víctima ha sido responsable del ataque que ha sufrido, que
existe un contrato especial entre este tipo concreto de víctima y su asaltante.
la convención presupone, finalmente, que la víctima sería, si se revelara este
contrato especial, el objeto natural de un interés lascivo; que en el acto de
la penetración masculina intervienen
unos misterios tan poderosos que la mujer que es penetrada de a manera
(a diferencia, por ejemplo, de aquella otra a la que le aplastan la cara con el
ladrillo o le penetran el cerebro con un trozo de tubería) queda marcada de
forma permanente, incluso “cambiada» -sobre todo si existe una «diferencia»
racial o social perceptible entre la víctima y su asaltante, como pasaba en los
relatos del siglo XIX sobre mujeres blancas raptadas por los indios- “arruinada”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario