David Foster Wallace, DT Max, p. 350
En el momento concreto de los
ataques se estaba duchando, «intentando escuchar un post mórtem de los Bears en
la emisora radiofónica deportiva WSCR de Chicago», según lo contaría. No estaba
seguro de si experimentaba alguna sensación particular acerca de los ataques,
más allá de las comunes, pero cuando Rolling Stone le abordó para pedirle un
artículo con su reacción, se sintió tentado a intentarlo. En tres días escribió
un artículo breve y delicado -«Advertencia. Escrito muy deprisa y en lo que
probablemente pueda considerarse estado de shock», añadió como un apéndice al
manuscrito-. «La vista desde la casa de la señora Thompson» es un ejemplo de
análisis social oblicuo, un homenaje a la América profunda y a la rehabilitación.
(Al principio se llamó sibilinamente «A View from the Interior».) De nuevo
disfrazó a su círculo del grupo de rehabilitación y los hizo pasar por amigos
de la iglesia. Así, la señora Thompson, el seudónimo que dio a la madre de
Francis B., se convirtió en «miembro de la iglesia desde hace mucho tiempo y es
una líder de nuestra congregación». Reflejó la esencia de las expresiones difusas
y suaves de ella y de sus amigas al contemplar los terribles acontecimientos,
su preocupación por los familiares que tenían en o cerca de Manhattan, y sus
lágrimas cuando vieron derrumbarse las torres por televisión. «Lo que aquellas
señoras de Bloomington eran -escribió Wallace-,
o eso me
empezaba a parecer, es inocentes. En la sala había lo que a muchos americanos
les parecería una sorprendente y pronunciada falta de cinismo. Por ejemplo, a
ninguno de los presentes se les ocurrió hacer ningún comentario sobre el hecho
de que era un poco extraño que [ ... ] la repetición constante de imágenes
horribles podía no responder solamente al supuesto de que algunos espectadores
acabaran de encender el televisor justo ahora y aún no lo haya visto.
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