Cuentos completos, Piglia, p. 151
Quienes entendían a las mujeres
escribían libros muy elegantes: Flaubert, Henry James. Quienes no las entendían
escribían libros caóticos: Melville, Malcolm Lowry. Había que hacer una teoría
sobre esa relación. Kerouac había escrito su confesión en una noche y Pavese su
libro a lo largo de treinta años, pero la cuestión era la misma. Connolly: un
verano en Londres. Todo era una cuestión de intensidad. De metamorfosis.
Los libros escritos por amor a
una mujer, durante el amor o después del amor. Se podría hacer una cartografía.
Los que no pueden separarse de una mujer (F. Scott Fitzgerald) y escriben sobre
ella. Los que se separan de todas las mujeres (Kafka) y no escriben sobre ellas
en absoluto. Los que son abandonados (Pavese) y le escriben a ella.
Transformaciones de Beatrice.
Entender a las mujeres. Pavese
era incapaz. Pero había sospechado algo. Renzi recordó una observación muy
sagaz en el principio mismo de El oficio de vivir y la leyó ahora en el Manuscrito,
en la vitrina.
«2/0ctubre/1936. Estoy desolado
por haber descuidado siempre hasta ahora las formas, las maneras, por no
haberme hecho un estilo de comportamiento. ¿Por qué las mujeres en general
tienen mejores maneras que los hombres? Porque deben esperarlo todo de su
efecto formal, mientras los hombres lo esperan todo del contenido de sus actos.
Hay que volverse más mujer.»
Si se hubiera vuelto más mujer se
habría salvado. Buscaba la forma en la vida. Así se entiende el título del
Diario (y su fracaso). Solo había aprendido a escribir.
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