Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

ROMANAS


SPQR, Mary Berad, p. 328
Es particularmente llamativo el contraste con la Atenas clásica, donde las mujeres de familias ricas habían de vivir vidas recluidas y aisladas, lejos de la vista del público, segregadas de los hombres y de la vida social masculina (huelga decir que los pobres no tenían el dinero ni el espacio suficientes para imponer tales divisiones). Evidentemente, también había incómodas restricciones para las mujeres en Roma: el emperador Augusto, por ejemplo, las relegó a las últimas filas de los teatros y circos de gladiadores; las dependencias de las mujeres en los baños públicos normalmente estaban mucho más abarrotadas que las de los hombres; en la práctica las actividades masculinas probablemente dominaban las zonas más ostentosas de la casa romana. No obstante, las mujeres no estaban obligadas a ser públicamente invisibles, y la vida doméstica no parece que estuviera formalmente dividida en espacios masculinos y femeninos, con zonas de género prohibidas.
Las mujeres comían normalmente con los hombres, y no solo las trabajadoras sexuales, prostitutas y artistas que proporcionaban compañía femenina en las fiestas de la Grecia clásica. De hecho, una de las primeras fechorías de Verres fue ignorar esta diferencia entre las prácticas griegas y romanas a la hora de comer. En la década de los años 80 a. C., cuando servía en Asia Menor, más de diez años antes de su período en Sicilia, Verres y parte de su personal maquinaron una invitación a cenar en casa de un pobre griego y después de haber consumido una considerable cantidad de alcohol le preguntaron al anfitrión si su hija podía unirse a ellos. Cuando el hombre explicó que las mujeres griegas respetables no comían en compañía masculina, los romanos se negaron a dar crédito a sus palabras y fueron a buscarla. Se produjo una reyerta en la que resultó muerto uno de los guardaespaldas de V erres y empaparon al anfitrión con agua hirviendo y más tarde lo ejecutaron por asesinato. Cicerón describe todo aquel incidente de forma extravagante, casi como una reposición de la violación de Lucrecia. Sin embargo, el suceso también estuvo plagado de una serie de malentendidos debidos a la embriaguez sobre las convenciones del comportamiento femenino al otro lado de las fronteras culturales del imperio.

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia