Una mañana de verano de 1984, máis
tarde de lo habitual, Zoyd Wheeler se despertó flotando entre rayos de sol que
atravesaban una higuera trepadora colgada de la ventana, mientras un escuadrón
de arrendajos azules caminaba ruidosamente sobre el tejado. En su sueño, los arrendajos
eran palomas mensajeras de algún lugar lejano, allende el océano, que
aterrizaban y despegaban de nuevo una por una, todas ellas con un mensaje para
él y una vibración de luz en las alas, pero no podía alcanzar a tiempo a
ninguna. Comprendió que era otro poderoso empujón de fuerzas invisibles,
relacionado, casi con seguridad, con la carta que había llegado con su último
cheque por discapacitado mental, recordándole que si no hacía alguna locura en
público antes de una fecha para la que ya faltaba menos de una semana, perdería
el derecho a percibir prestaciones. Se levantó de la cama gimiendo. En algún lugar
indeterminado, al pie de la colina, se afanaban martillos y sierras, y en la radio
de algún camión sonaba música popular americana. A Zoyd se le habían acabado
los pitillos.
En la mesa de la cocina, al lado
de la caja de ChocoDrácula, que resultó estar vacía, encontró una nota de
Prairie. «Papá, me han vuelto a cambiar el tumo, así que me fui con Thapsia.
Tienes una llamada del Canal 86, dijeron que urgente, les dije que trataran
ellos de despertarte. De todas formas te
quiero, Prairie.»
-Me temo que tendrán que ser
Froot Loops otra vez -murmuró, hablando a
la nota. Con suficiente Nesquick encima no eran tan malos, y varios ceniceros
rindieron media docena de colillas fumables. Después de demorarse cuanto pudo
en el cuarto de baño, se decidió finalmente
a localizar el teléfono y llamar a la emisora local de televisión para
recitarles el comunicado de prensa de ese año. Pero «será mejor que pregunte,
señor Wheeler. Nos dicen que le han cambiado la hora».
-¿Preguntar a quién, el que lo
hace soy yo, no?
-Nos han dicho que vayamos todos
al Cucumber Lounge.
-Pues yo no pienso ir, estaré en
el Log Jam de Del Norte. –iQué demonio les pasaba? Zoyd llevaba semanas
planeando el asunto.
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