Rock Springs, Richard Ford, p. 54
Mientras caminaba hacia la
escuela. pensé que mi vida habia dado un vuelco repentino, y que era posible
que durante un tiempo -quizá largo- no supiera exactamente la naturaleza o el
sentido de tal vuelco. Era posible incluso que jamás llegara a saberlo. Era una
de esas cosas que pasan -lo sabía-, y a mí me había pasado así y en aquel
momento. Y mientras subía por la calle en la fría tarde de Great Falls, fui
haciéndome estas preguntas. ¿Por qué no permitía mi padre que mi madre volviera?
¿Por qué quiso Woody quedarse conmigo allí fuera, en la noche fría~ con riesgo
de perder la vida? ¿Por qué tuvo que decir que mi madre había estado casada
otra vez, si no era cierto? Y, en cuanto a mi madre, ¿por qué decidió hacer lo que
hizo? Cinco años después mi padre se fue a Ely, Nevada, a romper la huelga del
petróleo, y encontró una muerte fortuita. Y en los años transcurridos desde
entonces he ido viendo a mi madre de cuando en cuando, en un lugar u otro con
un hombre u otro, y puedo decir que, como mínimo, nos conocemos el uno al otro.
Pero nunca he sabido la respuesta a esas preguntas, jamás le he pedido a nadie
que me diera su respuesta. Aunque probablemente la respuesta es simple: es la vida
baja, cierta frialdad que hay en todos nosotros, cierto desamparo que hace que
no entendamos bien la vida cuando en rigor la vida es pura y simple, que hace
que nuestra existencia sea como una
frontera entre dos nadas, y que nos hace ser idénticos a animales que se cruzan
en el camino: vigilantes, implacables, carentes de paciencia y de deseo.
En la imagen Aprés Balthus
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