Homenaje a Borges, María Kodama, p.29
Pasa también revista a sus
preferencias políticas, que con el correr del tiempo se habían convertido en
materia de permanente polémica, explica el porqué de su afiliación al Partido
Conservador, porque era el único que no puede suscitar fanatismos y, como
agregara en algún reportaje, está destinado a perder. Se jacta de pertenecer a
la burguesía, considera que la plebe y la aristocracia se nivelan al compartir
«la pasión por el dinero, por el juego, por los deportes, por el nacionalismo,
por el éxito y la publicidad». Con esta enumeración de la nota para la
Enciclopedia traza un retrato de lo que es su vida, de lo que decidió marginar
de ella.
El «autor» de la nota hace notar
que Borges era el primer asombrado por el renombre que había adquirido.
Atribuye un poco la fama a que los años que le tocaron vivir, de algún modo,
coincidieron con la declinación del país. El más leído de sus cuentos es «Hombre
de la esquina rosada» cuyo narrador, dice, es un asesino. También las letras de
sus milongas conmemoran a asesinos. Agrega que el éxito de Evaristo Carriego,
«poeta menor, cuya única proeza fue descubrir las posibilidades retóricas del
conventillo» se debe un poco al snobismo de la gente culta que, aunque tenían
el terreno preparado por los saineteros, no podían disfrutarlo con la
«conciencia tranquila». «Es perdonable que aplaudieran a quien les autorizaba ese
gusto.» También, muchas veces marca esta característica snob cuando se refiere
al tango, en entrevistas dice que el tango es aceptado por la sociedad de
Buenos Aires cuando recibe su bendición en París.
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