Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 1.157. ILUMINADA / MARY KARR


PRÓLOGO: CARTA ABIERTA A MI HIJO

CARA A: AHORA

Cuente como cuente esta historia, es mentira, así que te pido que desconectes el dispositivo que repite a intervalos dentro de tu cabeza lo vieja y espesa que estoy Es cierto que, si comparamos mis cincuenta con tus veinte, mi cerebro sale mucho peor parado. Tu motor para el recuerdo es muy superior, como me señalas a menudo.

¿Cuántas veces has conseguido que deje de lanzar cojines por los aires en busca de las gafas, informándome de que las llevo encajadas en la cabeza? La tarta que comimos aquel cumpleaños tenía doce velas, no diez; y no fue en Londres, sino en Venecia, donde compré al tuntún, preparé y serví a nuestros invitados una pasta que erróneamente pensé que imitaba la forma de la bota italiana.

Y si me resistiera a tu recuerdo, tú serías capaz de sacar la cámara de vídeo que llevas pegada a la cara desde que tuviste edad suficiente para pulsar el botón rojo de grabar. Harías zoom sobre el bol de pasta de 1998 y revelarías no la bota de la península itálica sino unos penes en miniatura con sus correspondientes testículos. Pasta de pichas y huevos. Con razón se descojonaban de risa los que me la vendieron, con razón la au pair se puso más blanca que el mantel.


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