Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

JACKIE

Vamps & Tramps, Camille Paglia, p 289

Al reflexionar hoy sobre el estoico dominio del yo y el entorno de Jackie en los momentos posteriores al asesinato, podemos lamentar la falta de respeto con que mi romántica generación de los sesenta trató el artificio de la etiqueta. Fue la tradición y la ceremonia (un grave formalismo de lamentos como en Las coéforas de Esquilo) lo que reorganizó las emociones destrozadas y desperdigadas de la nación después del impresionante asesinato de su lider. Mientras abandonábamos el sofocante conformismo de los cincuenta, nuestra indiferencia hacia los aspectos positivos de la convención acabó por embarrancamos en el sensiblero Gran Regodeamiento de la cultura victimista. «Exteriorízalo”, dijimos, de lo cual estamos pagando el precio ahora. La elegante dignidad de Jackie bajo la presión, su frío rechazo de las quejas o de la autocompasión, demuestran la redención que se puede encontrar en la represión, la sublimación y el silencio.

Como patrona, conocedora y conservadora de las artes, Jackie se distinguía de la mayoría de las mujeres de clase alta aficionadas a los caballos, con sus bravatas bélicas, su seriedad y su dinamismo (buenos ejemplos son la Princesa Ana o la querida del Príncipe Carlos, Camilla Parker-Bowles) que era, irónicamente, el estilo de los bulliciosos Kennedy de Hyannisport, cuya afición al fútbol provocó la rotura del tobillo de la nueva esposa de Jack. Al equilibrar lo contemplativo con lo activo, Jackie redescubrió el ideal griego en la equitación.

Y el deporte le otorgó reflejos soberbios. Una de las absurdas afirmaciones del libro Una mujer llamada ]ackie (1989) de C. David Heymann, es que cuando se derrumbó sobre la parte de atrás de la limusina en Dalias, Jackie estaba huyendo aterrorizada por su vida. ¡Que Apolo nos guarde de los biógrafos ratones de biblioteca! Si Jackie hubiera buscado la seguridad, el gesto de agacharse sobre la silla de montar que tenía completamente asimilado la habría hecho alcanzar el suelo del coche de inmediato. Al abalanzarse sobre un fragmento volador del cráneo de su marido, Jackie se situó directamente en la línea de fuego, un acto de gran valentía física por el que nunca ha sido honrada.


No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia