Texto leído por Herralde en el
homenaje a Roberto Bolaño en la Feria
del Libro chilena, 29 de octubre de 2003
» Un escritor chileno cuyo único
pasaporte fue chileno, aunque Bolaño, siempre incómodo, siempre a contra pié,
matizaba: «Muchas pueden ser las patrias pero uno solo e! pasaporte, y este
pasaporte, evidentemente, es la calidad de la escritura.»
Roberto Bolaño, un perro
romántico, un perro rabioso, un perro apaleado, que nunca renunció a su «deseo
de quemar e! mundo», y también «un príncipe dulcísimo», según e! epitafio de su
querido Nicanor Parra. Roberto Bolaño, que escribió a modo de epitafio propio:
«El mundo está vivo y nada vivo tiene remedio y ésa es nuestra suerte.» Una
frase desesperada, lúcida y sarcástica, la marca de fábrica de un escritor
chileno llamado a perdurar, un orgullo de la literatura universal.
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