... todo el que le hablaba mezclaba una
incredulidad demasiado cortés con su expectación. Llevaba peinado bien hacia lo
alto el crespo pelo parduzco, pero iba arreglado con poco orden. Una chica
quizá habría podido llamarle goapo o no: tenía una cara de rasgos regulares,
con una expresión casi suavizada, hasta ser belleza, por una boca pequeña y
femenina. En una visión de conjunto de la cara, no destacaban los ojos: eran
unas lucecitas azul claro que refrenaban toda iniciativa. Eran claros y sin
miedo pero a pesar de eso su cara era hasta cierto punto la cara de un corrompido.
El rector del College era una
persona solitaria que ocupaba la presidencia en reuniones y sesiones inaugurales de sociedades. Sus
lugartenientes visibles eran un decano y un administrador. El administrador,
pensaba Stephen, tenia aspecto de lo que era: Un hombre grueso y lucido, de
cabellera gris. Cumplía sus deberes con gran unción y se le veía a menudo
erguido en el vestíbulo vigilando el ir y venir de los estudiantes. Se empeñaba
en la puntualidad: algún minuto de
retraso una vez o dos, eso no le importaba tanto; daba una palmada y hacía
algún reproche bienhumorado. Pero lo que le ponía severo era que se perdieran
unos poco
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