Te quiero más que a la salvación de mi alma
INCIPIT 181. EL HOMBRE QUE PUDO REINAR / RUDYARD KIPLING
El hombre que pudo reinar
Hermano de un príncipe y camarada de un mendigo, siempre que sean dignos de ello.
La ley, arriba citada, prescribe una línea clara de conducta, y nada fácil de seguir. Yo he sido camarada de un mendigo una y otra vez bajo circunstancias que impedían que cada uno de los dos averiguara si el otro era digno de ello. Todavía me falta ser hermano de un príncipe, aunque en cierta ocasión estuve a punto de emparentar con quien pudo haber sido un verdadero rey: un hombre a quien tocaba un reino, con ejército, tribunales, rentas y sistema político, todo completo. Pero, hoy, mucho me temo que mi rey está muerto, y si ambiciono una corona debo procurármela yo mismo.
El comienzo de todo tuvo lugar en un tren del ferrocarril deAjmir a Mhow. Había habido un Déficit en el Presupuesto, que exigió tomar pasaje no en segunda clase, que sólo cuesta la mitad que la primera, sino en intermedia, que es espantosa de veras. En intermedia no hay asientos acojinados, y la población es o bien intermedia, formada
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