Vencer el miedo, Jordi Amat
Es probable que hubiera escrito
otros antes, pero los primeros informes de lectura redactados por Gabriel
Ferrater que se conservan son de diciembre de 196 l. Es un trabajo que hace
para Seix Barral. A veces los miembros del comité de lectura, Ferrater, Valverde
o Castellet, los leían para discutirlos durante la reunión. Del comité también
formaba parte Joan Petit, el tío de Helena. Barral escuchaba y les hacía un
caso relativo. Pero no es menos cierto que en los dos informes de Ferrater -uno
sobre una monografía dedicada a Brecht, el otro sobre una novela de un tal Jon
Godden- él mismo sugiere que no vale la pena traducir los libros que ha leído.
Ferrater está integrado en los engranajes de Seix Barral cuando la operación de
metamorfosis de editorial de divulgación a editorial literaria ya está en
marcha. Hasta aquel momento Ferrater básicamente había hecho trabajos de
traducción, pero entonces empieza a hacer colaboraciones más sistemáticas y
aprende cómo funciona el negocio editorial desde dentro. Le sirve, por ejemplo,
para entender la diferencia con editoriales catalanas que se dedican a la
poesía. «Las editoriales catalanas tienen todas una existencia puramente
mítica, y se puede decir que no se ha publicado nunca un libro de versos
catalanes si no lo ha pagado el autor o un amigo suyo.» Por algún motivo ha
acabado mal con Selecta. Por Menja't una cama dice que paga cinco mil pesetas. «En
el caso de Joaquim Horta no hay falta de voluntad.» Simplemente, los libros de
poesía no se venden.
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