Los griegos antiguos, Edith Hall, p 196
El festival ateniense más
importante eran las Panateneas, a finales del primer mes del año nuevo,
equivalente a junio. Con nueve meses de antelación se elegía a dos muchachas
adolescentes de la alta aristocracia, que vivirían en la Acrópolis. Bajo la dirección
de la sacerdotisa de Atenea y con la ayuda de once niñas menores que ellas,
tejían una túnica nueva para la estatua de Atenea Palias, una suntuosa tela con
las hazañas más célebres de la diosa. El punto culminante del festival se
inspiraba en la esencia de los ritos básicos antiguos y comenzaba la noche del
vigésimo octavo día del mes con una carrera de antorchas que iluminaban el
cielo estival. Los cantos y bailes rituales de las sacerdotisas de Atenea se
prolongaban hasta el amanecer. A primera hora de la mañana se sumaban a las
actividades coros de hombres y niños, y el festival culminaba con una magnífica
procesión y los sacrificios.
La procesión era una muestra de
la variedad de grupos que configuraban la identidad imperial ateniense y de las
relaciones entre ellos. Participaban los ganadores de las competiciones,
generales, ancianos respetados que llevaban ramas de olivo, caballerías y,
probablemente, algunos soldados jóvenes en fase de instrucción (los efebos).
Las mujeres, con sus cestas, formaban una concurrida sección. Los ciudadanos
celebraban el carácter abierto y multiétnico de su comunidad; en la procesión
también desfilaban no atenienses, y no solo metecos portadores de bandejas con
pan y pasteles, seguidos de sus mujeres e hijas con banquetas plegables, sino
también representantes de las naciones aliadas y las colonias. Los atenienses
cerraban el desfile en masa, organizados en contingentes según su demo de
procedencia. El momento culminante era la presentación de la túnica nueva para
la vieja estatua, que pendía de palos como la vela de un mástil en una carroza
alegórica que quizá se asemejaba a un barco. Después de congregarse junto a las
murallas de la ciudad, la procesión serpenteaba por el ágora hasta llegar a la
Acrópolis. En el altar de Atenea Palias se sacrificaban cien cabezas de ganado y
de la carne asada se repartían porciones iguales entre los representantes de
todos los demos.
Cada cuatro años se celebraban
las Grandes Panateneas, y las puertas de Atenas se abrían de par en par a los
visitantes de todo el mundo griego. Duraban doce largos días, amenizadas con
música, torneos gimnásticos y regatas en la costa. Los otros años también se
celebraban unas Panateneas menos espectaculares; es posible que durasen apenas
dos días. Las Panateneas Menores se dirigían sobre rodo a los atenienses, e
incluían algunas competiciones, la danza con armadura, llamada pírrica,
carreras de caballos y el curioso concurso de belleza masculina abierto solo a
los ciudadanos.
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