Historia de Gervasi
Los núcleos de la política del
Emparda han sido siempre las tabernas. Hay tabernas antiguas, que en tiempos de
elecciones se convierten en clubes, sobre todo si las votaciones coinciden con
la llegada del vino nuevo. Entonces se mezcla la libación consciente y organizada
con la dialéctica, que la administración de la cosa pública ha provocado
eternamente. En estas tabernas hay un punto de confluencia muy curioso entre la
broma oriental que colea por las sotabarbas de los bocoyes y las doctrinas
políticas austeras y glaciales, aunque estas doctrinas se presenten, en estos
establecimientos, con un aire chapucero y primario.
Estas tabernas no varían. Antes
se alternaban La Marsellesa y el Vals de las olas. Ahora se cantan La
Internacional y el cuplé. La gente es siempre igual. Son las canciones las que
pasan.
La taberna de Gervasi es muy
importante y, si bien ha tenido épocas de mayor o menor renombre político, no
hay otra en Palafrugell, que por lo que
se refiere a la libación, se le pueda comparar.
Si tuviésemos que hacer la
historia de la taberna de Gervasi, tendríamos que presentar la historia de
nuestra querida villa natal. Esta historia sería curiosa porque, además de ser
muy corta, tendría la particularidad de no contener ni hechos gloriosos ni
personajes de fama y de renombre. Sospecho que esta falta de tradición
brillante entristecería a mucha gente. A mí me encanta haber nacido en un pueblo
que no ha producido ningún redentor ni ningún coleccionista
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