Pregunta. Volvamos a empezar por el principio de aquel día. Dice usted que no reconoce a la persona de la fotografía que le he enseñado.
Respuesta. No lo reconozco,
olvido las caras y con mayor razón después de tantos años. Sólo voy a poder
repetir lo que ya he dicho.
P.No tiene por qué ser así, puede
añadir algo que no haya dicho antes.
R.Es posible, pero ésta no es una
conversación entre dos viajeros en un tren. Me está interrogando un juez. Usted
decide los temas, pero yo decido si un recuerdo me conviene referirlo o no.
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