Después de que Han Gan, artista
de la dinastía Tang que vivió entre los años 706 y 783, pintara el retrato de
un caballo de los establos imperiales, el animal empezó a cojear. Se descubrió
entonces que Han Gan había olvidado pintar uno de sus cascos.
Como en la anécdota, deberíamos
escribir libros que fueran capaces de conjurar la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario