Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

SEXO


Serotonina, Houellebecq, p. 270
Hacía mucho tiempo que tenía el proyecto de leer La  montaña mágica, de Thomas Mann, intuía que era un libro fúnebre, pero al fin y al cabo convenía a mi situación, era sin duda el momento. Así que me zambullí en su lectura, al principio con admiración, después con una creciente reserva. Aunque su extensión y sus ambiciones eran mucho más grandes, el sentido último de la obra era en el fondo idéntico al de Muerte en Venecia. Al igual que ese viejo imbécil de Goethe (el humanista alemán de tendencia mediterránea, uno de los  viejos chochos más siniestros de la literatura mundial), al igual que el héroe de La montaña mágica, Aschenbach (mucho más simpático, con todo), Thomas Mann, el propio Thomas Mann, y esto era sumamente grave, había sido incapaz de huir de la fascinación de la juventud y la belleza, que al final había situado por encima de todo, por encima de todas las cualidades intelectuales y morales, y a las cuales, a fin de cuentas, él también, sin la menor contención, se había entregado abyectamente. Así pues, toda la cultura mundial no servía para nada, toda la cultura del mundo no aportaba ningún beneficio moral ni ventaja alguna, puesto que por los mismos años, exactamente en los mismos años, Marcel Proust, al final de El tiempo recobrado, concluía con notable franqueza que no solo las relaciones  mundanas, sino incluso las relaciones de amistad, eran incapaces de ofrecer nada sustancial, eran pura y simplemente una pérdida de tiempo, y que el escritor, contrariamente a lo que cree todo el mundo, no necesitaba en absoluto conversaciones intelectuales, sino “amores ligeros con muchachas en flor”. En este estadio de la argumentación, me importa mucho sustituir «muchachas en flor» por «jóvenes coños húmedos»; esto contribuirá, me parece, a clarificar el debate sin detrimento de su poesía (¿qué hay más bonito, más poético, que un coño que empieza a humedecerse? Pido que lo piensen seriamente antes de responderme. ¿Una polla que inicia su ascensión vertical? Cabría sostenerlo. Todo depende, como muchas otras cosas en este  mundo, del punto de vista sexual que se adopte).

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia