Te quiero más que a la salvación de mi alma
LA BALADA DEL VIEJO MARINERO
"Y enseguida el Sol fue rayado con barrotes
(Madre del Cielo, ¡dadnos gracia!),
Como si a través de una puerta-de-calabozo él espiara
con ancha y ardiente cara.
"¡Ay! (pensé, y mi corazón fuerte latía)
¡Qué rápido se acerca y se acerca!
¿Son esas sus velas que centellean en el Sol,
como inquietos entramados?
Y sus costillas se ven como barrotes sobre la cara del Sol poniente.
"¿Son esas sus costillas a través de las que el Sol
espía, como a través de una celda?
¿Y es esa Mujer toda su tripulación?
¿Es esa una Muerta? y ¿hay allí dos?
¿Es la Muerte pareja de esa mujer?
La Mujer-Espectro y su Pareja-Muerte, y nadie más a bordo del barco de esqueleto.
¡A tal barco, tal tripulación!
"Sus labios eran rojos, su apariencia era libre,
Sus rizos eran amarillos como oro:
Su piel era tan blanca como la lepra,
La Pesadilla Vida-en-Muerte era ella,
Que coagula con frío la sangre del hombre.
La Muerte y la Vida-en-Muerte han tirado los dados por la tripulación del barco, y ella (la última) gana al viejo Marinero.
"El desnudo barco ruinoso al lado pasó,
Y las dos estaban tirando los dados;
'¡El juego terminó! ¡Yo gané! ¡Yo gané!'
Dijo ella, y silba tres veces.
No hay crepúsculo en las cortes del Sol.
"El borde del Sol se hunde; las estrellas se precipitaron:
De un solo paso viene la oscuridad;
Con susurro oído-lejos, sobre el mar,
Disparó el barco-espectro.
Al levantarse la luna
"¡Escuchamos, y miramos a todos lados arriba!
¡Miedo en mi corazón, como en la taza,
Mi vida-sangre parecía sorber!
Las estrellas eran tenues, y cerrada la noche,
La cara del timonel por su lámpara brillaba blanca;
De las velas el rocío goteaba-
Hasta que trepado sobre la barra del este
La luna cornuda, con una estrella brillante
En el arriba se inclinan.
Uno tras otro.
"Uno tras otro, ante la Luna colgada-de-estrella,
Muy rápido para el quejido o la exhalación
Cada uno giró su cara con horrendo espasmo
Y me maldijo con su ojo.
Sus compañeros caen muertos.
"Cuatro veces cincuenta hombres vivos
(Y yo no oí ni suspiro ni quejido)
Con fuerte golpe, una masa sin vida,
Caían uno por uno.
Pero la Vida-en-Muerte comienza su trabajo en el viejo Marinero.
"¡Las almas desde sus cuerpos volaron,
Escaparon a la dicha o a la pena!
Y cada alma, me pasaba al lado
Como el silbar de mi ballesta!"
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