Un bárbaro en Paris, Mario Vargas LLosa, p.149
Decía que frente a un niño que se
muere de hambre La náusea no sirve de nada, no vale nada. ¿Significaba esto que
escribir novelas o poemas era algo inútil, o, peor, inmoral, mientras hubiera
injusticias sociales? Al parecer sí, pues en el mismo reportaje aconsejaba a los
escritores de los nuevos países africanos que renunciaran a escribir por el
momento y se dedicaran más bien a la enseñanza y otras tareas más urgentes, a fin
de construir un país donde más tarde fuera posible la literatura.
Recuerdo haber pensado,
repensado, vuelto a pensar en ese reportaje, con la deprimente sensación de
haber sido traicionado. Quien nos había enseñado que la literatura era algo tan
importante que no se podía jugar con ella, que los libros eran actos que modificaban
la vida, súbitamente nos decía que no era así, que, a fin de cuentas, no servía
de gran cosa frente a los problemas serios; se trataba de un lujo que se podían
permitir los países prósperos y justos, pero no los pobres e injustos, como el
mío. Para esa época ya no había argumento capaz de librarme de la literatura, de
modo que el reportaje sirvió más bien para librarme de Sartre: se rompió el hechizo,
ese vínculo irracional que une al mandarín con sus secuaces. Me acuerdo muy
bien de la consternación que significó darme cuenta de que el hombre más
inteligente del mundo podía también -aunque fuese en un momento de desánimo-
decir tonterías. Y, en cierta forma, era refrescante, después de tantos años de
respetuoso acatamiento, polemizar mentalmente con él y desbaratarlo a
preguntas. ¿A partir de qué coeficiente de proteínas per cápita en un país era
ya ético escribir novelas? ¿Qué índices debían alcanzar la renta nacional, la
escolaridad, la mortalidad, la salubridad, para que no fuera inmoral pintar un
cuadro, componer una cantata o tallar una escultura? ¿Qué quehaceres humanos
resisten la comparación con los niños muertos más airosamente que las novelas?
¿La astrología? ¿La arquitectura? ¿Vale más el palacio de Versalles que un niño
muerto? ¿Cuántos niños muertos equivalen a la teoría de los quanta?
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