MANIAC, Benjmain Labatut, p. 43
En 1840, George Boole sufrió una
visión religiosa mientras atravesaba un campo cerca de Doncaster al atardecer. De
pronto, supo cómo se podían usar las matemáticas para descifrar los misteriosos
procesos del pensamiento humano. Los mismos símbolos del álgebra podían
emplearse para describir lo que sucedía dentro de la cabeza de las personas mientras
seguían un hilo de pensamiento, expresando todos sus giros y vueltas en forma
binaria. Si esto, entonces aquello. Si
aquello, entonces esto no. En 1854, Boole publicó un libro que causó sensación.
Lo tituló An Investigation of the Laws of Thought. Su objetivo expreso era
«investigar las leyes fundamentales de aquellas operaciones de la mente
mediante las cuales se ejecuta el razonamiento ». A Boole lo impulsaba una
creencia casi mesiánica en que Dios mismo le había permitido vislumbrar la
verdad de la mente humana. Pero hubo quienes dudaron; el filósofo Bertrand
Russell quedó asombrado por la genialidad de las matemáticas de Boole, pero no
creía que él hubiese descubierto algo que tuviera que ver con el pensamiento humano.
Los seres humanos, dijo Russell, no piensan de esa manera. Lo que Boole
realmente estaba haciendo era otra cosa ...
ADAM CURTIS, Can 't Get You Out of My Head
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