Demonios íntimos, Rubert de Ventós, p. 238
Borges creía en la democracia
pero en su vertiente marcadamente conservadora. Por conservador era
antiperonista, más que por democrático; por eso tuvo veleidades con las juntas
militares después del retorno de Perón. Borges había heredado un concepto
patricio de su país: Argentina era la nación que sus antecesores le habían
legado y quería que continuase fiel a aquel modelo heroico.
“A mí me han engañado y tomado el
pelo muchas veces, y de la manera más burda ... , aunque he de reconocer ahora
que pudieron hacerlo porque yo fui siempre cómplice del engaño ...
-¿Un engaño que le llevó a negar
la existencia de treinta mil desaparecidos?
-La verdad, yo no leía los
periódicos y conocía a poca gente, aunque sí, sí había oído hablar de «desapariciones».
Pero mis amigos ... -y lo que ahora añade lo repite casi al pie de la letra en
una entrevista posterior con R. Chao-, pero mis amigos me habían asegurado,
sinceramente creo, que se trataba de turistas que cambiaban de sitio, pero que no
había realmente «desapariciones». Yo les creí hasta que las madres y abuelas de
la Plaza de Mayo vinieron a casa. Entre ellas se encontraba la prima de los
propietarios de uno de los periódicos más importantes de Argentina. Enseguida
comprendí que esa mujer no era una actriz. Y ella me dijo que su hija estaba
desaparecida hacía seis meses.”
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