Esta mañana he recibido una nota
de mi tía en la que me pide que vaya a comer. Sé lo que significa. Como voy a
cenar a su casa cada domingo, y hoy es miércoles, solo puede significar una
cosa: quiere tener una de sus charlas serias. Será algo extremadamente grave,
puede que una mala noticia sobre su hijastra Kate, o bien una charla acerca de
mi, sobre el futuro y lo que yo debería hacer. Eso bastaría para espantar a
cualquiera, pero confieso que no me parece una perspectiva del todo
desagradable. Recuerdo cuando mi hermano mayor, Scott, murió de neumonía. Yo
tenía ocho años. Mi tía se hizo cargo de mi me llevó a dar una vuelta por
detrás del hospital. Era una calle interesante.
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