I
Prólogo
Prólogo
Los acontecimientos que se referirán a continuación tuvieron lugar durante las vacaciones veraniegas en una villa albanesa. Era un verano hermoso, tan luminoso que asustaba, pues resulta más fácil imaginar tales estíos al cabo de siglos cargados de peligro.
El escenario no era menos espléndido: el litoral marítimo, con su variedad de pequeñas palyas, el paseo de la ciudad que discurría a lo largo de la línea de la costa, los cafés, las cervecerías, finalmente el gran hotel turístico, con su terraza frente al mar, el mejor lugar, al decir de todos, para tomar el cafñe de la mañana, todo ello no hacía sino acrecentar la sensación de opulencia.
Dos pequeñas islas deshabitadas al frente, con todos los vestigios y menudencias hallados en ellas: colillas de cigarrillos, barras de carmín y preservativos usados, al parecer, por los presonajes de esta historia, no puede afirmarse que desempeñaran papel alguno en ella.
Por el contrario, el teatro antiguo de Butrinto, retirado a las entarñas de la cercana depresión, si bien no se alcanzaba a verlos con los ojos, llegó a sospecharse que, desde el contra-
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